sábado, 12 de noviembre de 2011

Heinrich Mann

Heinrich Mann (1871-1950), ensayista, novelista y dramaturgo alemán, nacido en Lübeck y privado de su nacionalidad alemana durante el nacionalsocialismo en Alemania.
Como su hermano menor Thomas Mann, Heinrich escribió novelas sobre los distintos estratos de la sociedad alemana y sobre la búsqueda de la propia realización. Su retrato fragmentario del provincianismo en Profesor Unrat (1905) fue la base de la célebre película de von Sternberg, El ángel azul (1930). Las acusaciones de Mann contra los aspectos autoritarios de la sociedad alemana de la etapa anterior a la I Guerra Mundial se encuentran en su trilogía El imperio (1917-1925). Durante el periodo de la República de Weimar, Mann también escribió ensayos en los que insistía en la necesidad de una verdadera democracia en Alemania. Emigró de Alemania en 1933 cuando los nazis llegaron al poder y le retiraron la nacionalidad, instalándose primero en Checoslovaquia y después en Estados Unidos, en Los Ángeles. La obra mayor de su madurez, una novela histórica en dos partes sobre Enrique IV de Francia, El rey Enrique IV (1935, 1938), trata de los usos justos del poder. La dureza en la expresión de sus opiniones y su falta de precisión como escritor le impidieron alcanzar reconocimiento inmediato, aunque recientes estudios críticos son más positivos con su obra.

Henry Miller

Henry Miller (1891-1980), escritor estadounidense, cuyas obras vitalistas, anarcoides y eróticas desencadenaron grandes polémicas y censuras, pero que a la vez sirvieron para que, a partir de él, el sexo se tratará en la literatura con más normalidad.
Nació en Nueva York el 26 de diciembre de 1891, ejerció distintos trabajos y asistió al City College de su ciudad natal durante un breve periodo de tiempo, antes de marcharse a París en 1930 huyendo de la Gran Depresión. En aquella ciudad, en la que residió durante diez años, llevó una vida bohemia, que describió en tres novelas eróticas de carácter autobiográfico, Trópico de Cáncer (1934), Primavera negra (1936) y Trópico de Capricornio (1939). Pasó un año en Grecia invitado por Lawrence Durrel y a su regreso en 1940 a los Estados Unidos y se instaló en Big Sur, California, desde donde rememoró su estancia helena en El coloso de Marussi (1941) original guía de Grecia, presentada como el lugar donde es posible recuperar lo que de divino tiene el ser humano. También publicó La pesadilla del aire acondicionado (1945-1947); una trilogía, La crucifixión rosada, formada por Sexus (1949), Plexus (1953) y Nexus (1960); Big Sur y las naranjas del Bosco (1957); y el estudio literario El mundo de D.H. Lawrence (1980). Por su vida y obras se convirtió en uno de los máximos defensores de la libertad tanto individual como literaria y su búsqueda de la 'salvación' a través de experiencias intensas influyó enormemente en las ideas de la llamada generación Beat.
Los 'Trópicos' están consideradas sus mejores novelas por su prosa fluida en la que funde obscenidad y espiritualismo, y salta con gran naturalidad del expresionismo más realista al divismo más simbólico. Su obra ha sufrido los ataques de la crítica feminista, debido a su retrato de la potencia masculina frente al masoquismo femenino. Murió el 7 de junio de 1980 en Pacific Palisades (California).

Homero

Homero, nombre tradicionalmente asignado al famoso autor de la Iliada y la Odisea, las dos grandes epopeyas de la antigüedad griega. Nada se sabe de su persona, y de hecho algunos ponen en duda que sean de él estas dos obras. Sin embargo, los datos lingüísticos e históricos de que se dispone, permiten suponer que los poemas fueron escritos en los asentamientos griegos de la costa oeste de Asia Menor, hacia el siglo IX.
Las dos epopeyas narran hechos legendarios que supuestamente ocurrieron muchos siglos antes de la época en que fueron escritas. La Iliada se sitúa en el último año de la guerra de Troya, que constituye el telón de fondo de su trama. Narra la historia de la cólera del héroe griego Aquiles. Insultado por su comandante en jefe, Agamenón, el joven guerrero Aquiles se retira de la batalla, abandonando a su suerte a sus compatriotas griegos, que sufren terribles derrotas a manos de los troyanos. Aquiles rechaza todos los intentos de reconciliación por parte de los griegos, aunque finalmente cede en cierto modo al permitir a su compañero Patroclo ponerse a la cabeza de sus tropas. Patroclo muere en el combate, y Aquiles, presa de furia y rencor, dirige su odio hacia los troyanos, a cuyo líder, Héctor (hijo del rey Príamo), derrota en combate singular. El poema concluye cuando Aquiles entrega el cadáver de Héctor a Príamo, para que éste lo entierre, reconociendo así cierta afinidad con el rey troyano, puesto que ambos deben enfrentarse a la tragedia de la muerte y el luto.

La Odisea narra el regreso del héroe griego Odiseo (Ulises en la tradición latina) de la guerra de Troya. En las escenas iniciales se relata el desorden en que ha quedado sumida la casa de Odiseo tras su larga ausencia. Un grupo de pretendientes de su esposa Penélope está acabando con sus propiedades. A continuación, la historia se centra en el propio héroe. El relato abarca sus diez años de viajes, en el curso de los cuales se enfrenta a diversos peligros, como el cíclope devorador de hombres, Polifemo, y a amenazas tan sutiles como la que representa la diosa Calipso, que le promete la inmortalidad si renuncia a volver a casa. La segunda mitad del poema comienza con la llegada de Odiseo a su isla natal, Ítaca. Aquí, haciendo gala de una sangre fría y una paciencia infinitas, pone a prueba la lealtad de sus sirvientes, trama y lleva a efecto una sangrienta venganza contra los pretendientes de Penélope, y se reúne de nuevo con su hijo, su esposa y su anciano padre.
Ambas epopeyas están escritas en un verso formal y elevado, en un lenguaje jamás empleado en la lengua normal; su métrica es el hexámetro dactílico (véase Versificación). Es imposible establecer una distinción entre estas dos obras en el aspecto estilístico. Sin embargo, resulta fácil comprender por qué, desde la antigüedad, muchos lectores las han atribuido a dos autores diferentes. La Iliada habla de las pasiones y plantea dilemas imposibles de resolver. No hay en ella auténticos villanos; Aquiles, Agamenón, Príamo y los demás personajes son víctimas de un universo trágico y cruel. En la Odisea, por el contrario, el mal es derrotado, triunfa la justicia y la familia, tristemente separada, se reúne de nuevo. La astucia, particularmente la de Odiseo, actúa como fuerza motriz a través de todo el relato.
Junto a la Iliada y la Odisea figuran los llamados himnos homéricos, una serie de poemas relativamente breves, que celebran las hazañas de diversos dioses, compuestos en un estilo épico similar, y también atribuidos a Homero.
El texto moderno de los poemas homéricos se transmitió a través de los manuscritos medievales y renacentistas, que a su vez son copias de antiguos manuscritos, hoy perdidos. Pese a las numerosas dudas que existen sobre la identidad de Homero (algunos lo describen como un bardo ciego de Quíos) o sobre la autoría de determinadas partes del texto, como las escenas finales de la Odisea, la mayoría de sus lectores, desde la antigüedad clásica hasta no hace mucho tiempo, creyeron que Homero fue un poeta (o como mucho, dos poetas) muy parecido a los demás. Es decir, la Iliada y la Odisea, aunque basadas en materiales tradicionales, son obras independientes, originales y en gran medida ficticias.
Sin embargo, durante los últimos doscientos años, esta visión ha cambiado radicalmente, tras la aparición de la interminable cuestión homérica: ¿Quién, cómo y cuándo se compuso la Iliada y la Odisea? Aún no se ha encontrado una respuesta que satisfaga a todas las partes. En los siglos XIX y XX los estudiosos han afirmado que ciertas inconsistencias internas venían a demostrar que los poemas no eran sino recopilaciones, o añadidos, de poemas líricos breves e independientes (lais); los unitaristas, por su parte, consideraban que estas inconsistencias eran insignificantes o imaginarias y que la unidad global de los poemas demostraba que ambos eran producto de una sola mente. Recientemente, la discusión académica se ha centrado en la teoría de la composición oral-formularia, según la cual la base de los poemas tal y como hoy los conocemos es un complejo sistema de dicción poética tradicional (por ejemplo, combinaciones de sustantivo-epíteto: Aquiles, el de los pies ligeros) que sólo puede ser producto del esfuerzo común de varias generaciones de bardos heroicos.
Ninguna de estas interpretaciones es determinante, pero sería justo afirmar que prácticamente todos los comentaristas coinciden en que, por un lado, la tradición tiene un gran peso en la composición de los poemas y, por otro, que en lo fundamental ambos parecen obra de un mismo creador. Entretanto, los hallazgos arqueológicos realizados en el curso de los últimos 125 años, en particular los de Heinrich Schliemann, han demostrado que gran parte de la civilización descrita por Homero no era ficticia. Los poemas son pues, en cierto modo, documentos históricos, y la discusión de este aspecto ha estado presente en todo momento en el debate sobre su creación.
Homero es, de manera directa, el padre de toda la literatura griega posterior: el teatro, la historiografía e incluso la filosofía llevan la huella de los temas, cómicos y trágicos, planteados en estas epopeyas, así como de las técnicas homéricas. Para los últimos poetas épicos de la literatura occidental Homero ha sido siempre el maestro indiscutible (aun cuando, como en el caso de Dante, no conocieran sus obras directamente). Pero curiosamente, para sus más notables seguidores, la obra de Homero fue tanto modelo como objetivo. Así por ejemplo, la Eneida de Virgilio viene a refutar el sistema individualista de valores de la épica homérica; y en las escenas más homéricas de El paraíso perdido, del poeta inglés John Milton, las estrofas que describen la batalla en el cielo, son esencialmente cómicas. A propósito, conviene recordar que también se atribuye a Homero la redacción de la Batracomiomaquia, obra que narra, parodiando los recursos de la épica y aproximándose al mundo de la fábula, la lucha entre las ranas y los ratones. En lo que respecta a la novela, Don Quijote de La Mancha (1605), de Miguel de Cervantes, o Ulises (1922) del irlandés James Joyce, cuanto más homéricas son más tienden a la parodia y la burla de la épica. También el escritor argentino Leopoldo Marechal introduce, en su novela Adán Buenosayres (1948), técnicas heredadas de la épica homérica: es el caso del “Viaje a la oscura ciudad de Cacodelphia”, que imita el estilo de las katábasis o descensos infernales. El intento más reciente de aproximación a Homero es el del escritor Derek Walcott, nacido en la isla de Santa Lucía. Su obra Omeros, de 1990, es una extensa novela en verso en la que combina los recursos de la épica con fórmulas lingüísticas y situaciones cotidianas del ambiente antillano.

Hermann Hesse

Hermann Hesse (1877-1962), novelista y poeta alemán, nacionalizado suizo, que por sus ideas irracionalistas y místicas anticipó en muchos aspectos las vanguardias europeas. A su muerte, se convirtió en una figura de culto en el mundo occidental.
Hesse nació el 2 de julio de 1877 en Calw, Alemania. Como su padre había sido misionero, ingresó en un seminario, pero abandonó los estudios teológicos y empezó a trabajar primero como mecánico y luego como librero, por lo que puede decirse que fue un autodidacta. Esta etapa de rebeldía contra la educación formal la expresó en la novela Bajo las ruedas (1906). A partir de su trabajo en la librería, se dedicó al periodismo por libre, lo que le inspiró su primera novela, Peter Camenzind (1904), la historia de un escritor bohemio que rechaza la sociedad y acaba llevando una existencia de vagabundo.
Durante la I Guerra Mundial, Hesse, que era pacifista, se trasladó a Montagnola, Suiza; se hizo ciudadano suizo en 1923. La desesperanza y la desilusión que le produjeron la guerra y una serie de desgracias personales, así como su búsqueda de una espiritualidad universal que diera respuestas, para él satisfactorias, de la existencia humana, se convirtieron en el tema principal de su posterior obra novelística. Sus escritos se fueron enfocando hacia nuevos objetivos espirituales y valores que sustituyeran a los tradicionales, que ya no le eran válidos. En la novela Demian (1919), se percibe la clara influencia de la obra del psiquiatra suizo Carl Jung, al que Hesse descubrió en el curso de su propio, aunque breve, psicoanálisis. El tratamiento que el libro da a la dualidad simbólica entre Demian, el personaje soñado, y su homólogo en la vida real, Sinclair, despertó un enorme interés entre los intelectuales europeos coetáneos (fue el primer libro de Hesse traducido al español, y lo hizo Luis López Ballesteros en 1930). Las novelas de Hesse desde entonces se fueron haciendo cada vez más simbólicas y acercándose más al psicoanálisis. Por ejemplo, Viaje al Este (1932) examina en términos junguianos las cualidades místicas de la experiencia humana. Siddhartha (1922) refleja su interés por el misticismo oriental, fruto de un viaje a la India. Esta novela corta, que evoca de forma lírica la relación entre un padre y un hijo, está basada en la vida del joven Buda.
El lobo estepario (1927) es quizás la novela más innovadora de Hesse. La doble naturaleza del artista-héroe —humana y licantrópica (véase Hombre lobo)— le lleva a un laberinto de experiencias llenas de pesadillas; así, la obra simboliza la escisión entre la individualidad rebelde y las convenciones burguesas, al igual que su obra posterior, Narciso y Goldmundo (1930). La última novela de Hesse, El juego de abalorios (1943), situada en un futuro utópico, es de hecho una resolución de las inquietudes del autor. También en 1952 se han publicado varios volúmenes de su poesía nostálgica y lúgubre.
Hesse, que ganó el Premio Nobel de Literatura en 1946, murió el 9 de agosto de 1962 en Suiza.

Hugo von Hofmannsthal

Hugo von Hofmannsthal (1874-1929), escritor austriaco, conocido tanto por su poesía y teatro lírico como por su larga colaboración como libretista con el compositor Richard Strauss.
Hofmannsthal nació en Viena, hijo único de una familia rica y burguesa. En la universidad de esta ciudad estudió derecho y literatura. Desde muy joven destacó por sus dotes literarias y por su brillantez en los estudios. A los 16 años escribió sus primeras poesías y un año después su primera pieza corta de teatro en verso, Ayer (1891). Sus poesías de juventud (reflexiones líricas y melancólicas sobre la apariencia y la realidad, la transitoriedad y la eternidad) obtuvieron el aplauso inmediato en Austria y Alemania. Sus pequeñas piezas teatrales en verso, entre las que destacan La muerte de Tiziano (1892), El loco y la muerte (1893) y Las minas de Falun (1899), están teñidas de un clima místico evocador del simbolismo. Son la expresión de una melancolía y atracción por la muerte características del decadentismo vienés.
En 1901, Hofmannsthal abandonó la poesía, afirmando que el lenguaje por sí mismo resultaba insuficiente como medio de expresión. A partir de ese momento se dedicó al teatro y a la adaptación de numerosas obras de dramaturgos anteriores. Entre ellas destacan La vida es sueño (1902), Elektra (1903) o Edipo y la esfinge (1905).
En 1906 Hofmannsthal conoció al compositor alemán Richard Strauss, quien realizó la adaptación a la ópera de su Elektra, representada en 1909. Éste será el comienzo de una fructífera colaboración entre ambos artistas de la que saldrán libretos como los de El caballero de la rosa (1911), Ariadna de Naxos (1912) y La mujer sin sombra (1919), considerados obras maestras.
Su obra Jedermann (Cualquiera, 1911), basada en el misterio anónimo inglés Everyman del siglo XV, se viene representando todos los años en el Festival de Salzburgo desde 1920, acontecimiento de la vida cultural internacional que fundó con el director teatral Max Reinhardt.

Henry Wadsworth Longfellow

Henry Wadsworth Longfellow (1807-1882) poeta estadounidense que figura entre los más populares y celebrados de su época.
Nació el 27 de febrero de 1807, en Portland (Maine), y estudió en el Bowdoin College. Mientras se preparaba para dedicarse a la enseñanza viajó por Europa. Dio clases de lenguas modernas en Bowdoin (1829-1835) y en la Universidad de Harvard (1835-1854). Más tarde se dedicó por entero a escribir. Murió el 24 de marzo de 1882, en Cambridge (Massachusetts).
Longfellow obtuvo un amplio éxito de público con su primer volumen de poesías, Voces de la noche (1839), que incluía el poema 'Un salmo a la vida'. Entre su obra poética posterior destaca Baladas (1841), donde figuran algunos de sus mejores poemas, como 'El naufragio del Hésperos', 'El guerrero del pueblo', 'El esqueleto en el armario' y 'Excelsior'; y tres largos poemas narrativos sobre temas americanos: Evangeline (1847), Hiawattha (1855) y Miles Standish (1858). Otras obras dignas de mención son Junto al mar y junto al fuego (1849); Cuentos de la taberna Wayside (1863), basada en los Cuentos de Canterbury de Chaucer, y Última Thule (1880). Longfellow tradujo también la Divina Comedia de Dante (3 volúmenes, 1865-1867).
La obra poética de Longfellow se caracteriza por el tratamiento de temas familiares, la presentación asequible de las ideas y un lenguaje claro, sencillo y melodioso. La mayoría de los críticos modernos no comparten la elevada opinión que de Longfellow tenían sus contemporáneos. De acuerdo con los criterios actuales, su obra es tópica en su temática, didáctica en su estilo y carente de fuerza lírica. Su reacción ante la naturaleza y las emociones básicas de la vida hoy parece superficial. Pese a todo, sigue siendo uno de los poetas estadounidenses más populares, principalmente por su sencillez estilística y temática y su maestría técnica.

Hesíodo

Hesíodo (siglo VIII a.C.), poeta griego que ocupa un lugar de excepción en la literatura griega, tanto por sus preceptos morales como por su estilo coloquial.
Hesíodo nació en Ascra, Beocia (hoy Palaioppanagia). Tras la muerte de su padre se estableció en Naupaktos. Allí pasó su juventud, cuidando de un rebaño de ovejas y realizando las tareas propias de un campesino. Se sabe muy poco acerca de su vida, salvo lo que el propio autor deja entrever en su obra. Los especialistas modernos lo sitúan en el periodo homérico de la literatura griega. Su primera obra, Los trabajos y los días, es el primer ejemplo de poesía didáctica, destinada a instruir más que a entretener. Esta obra relata las experiencias de Hesíodo durante su época de campesino, y está salpicada de episodios alegóricos y fábulas. En un estilo sencillo y moralizante, Hesíodo subraya la importancia del trabajo y la rectitud. Ofrece consejos prácticos sobre cómo vivir, al tiempo que proporciona recetas y normas agrícolas, e incluye un calendario religioso con los días favorables y desfavorables para ciertas tareas del campo. El tema principal de la obra es la decadencia moral. Hesíodo relata la historia del mundo en cinco etapas, desde la edad de oro hasta la edad del hierro, que él considera dominada por el mal.
También se atribuye a Hesíodo la autoría de la Teogonía, o nacimiento de los dioses, un poema en el que el amplio y amorfo corpus de los mitos griegos queda sistematizado y ampliado hasta incluir nuevas divinidades desconocidas en los poemas homéricos. La Teogonía narra la creación del mundo a partir del caos, el nacimiento de los dioses y sus hazañas. La última parte contiene una lista de las hijas de Zeus, padre de los dioses, así como de mujeres mortales. Esta lista es la introducción a un poema perdido, Catálogo de las mujeres, que narra las hazañas de los héroes nacidos de mujeres mortales. De su obra restante no quedan más que títulos y fragmentos, muchos de los cuales se atribuyen por los expertos a imitadores de Hesíodo, y que hoy se conoce como la escuela hesiódica. En este grupo se incluyen el poema didáctico ‘Consejos de Quirón’; el poema genealógico ‘Grandes eras’; y los poemas míticos ‘Boda de Ceix’ y ‘Descenso de Teseo a los infiernos’.

Ignacio Aldecoa

Ignacio Aldecoa (1925-1969), narrador español, uno de los más representativos de la tendencia neorrealista de la década de 1950.
Nació en Vitoria (País Vasco) en 1925 y se inició con El fulgor y la sangre que, junto con Gran Sol (premio de la Crítica 1958), constituye un ejemplo de la llamada novela-reportaje. Otras novelas dignas de mención son Con el viento solano y Los pozos, además de los libros de relatos y cuentos Espera de tercera clase, Vísperas del silencio (1955) y El corazón y otros frutos amargos (1959). Su producción incluye asimismo Caballo de pica (1960), Cuaderno de Godo (1961), Los pájaros de Baden-Baden (1965), Parte de una historia (1967) y Santa Olaja de Acero (1968). La importancia de este autor reside en su técnica objetivista y minuciosa con la que observa la vida cotidiana de las clases medias en la España de la posguerra civil. Murió en 1969 en Madrid.

Jacint Verdaguer

Jacint Verdaguer (1845-1902), poeta español en lengua catalana. Su obra, máximo exponente de la renaixença y ampliamente traducida, es estimada como la mayor aportación al moderno catalán literario. Buen número de sus poesías, objeto de versiones musicales y difundidas como canciones, son ya patrimonio de la cultura popular; así L’emigrant (El emigrante) y el Virolai a la Virgen de Montserrat.
Verdaguer, nacido en el pueblecito de Folgueroles (Barcelona), en el seno de una familia de modestos campesinos, estudió en el seminario de Vic. Su asidua participación en los Jocs Florals (Juegos florales) de Barcelona fue, desde 1865, su camino de acceso a los círculos literarios barceloneses.
Ordenado sacerdote en 1870 y destinado a la parroquia de Vinyoles d'Orís (Tarragona), se le declaró la enfermedad cerebral que llevaría a los médicos a prescribirle aires de mar. En los años 1875 y 1876 fue capellán en naves de la Compañía Transatlántica, del marqués de Comillas, que viajaban entre la península y La Habana. Así, encuentra el poeta tiempo y estímulos para coronar L’Atlàntida (La Atlántida, 1877), el ambicioso poema que, premiado en los Jocs Florals, cimentaría su fama internacional.
A finales de 1876 era ya capellán del palacio del marqués de Comillas y poco después sería nombrado limosnero del mismo. Al tiempo que acrecentaba su prestigio en los medios literarios y cívicos, Verdaguer había afianzado su amistad y su ascendente sobre la familia Comillas, a la que acompañaba en sus viajes. Fue en uno de estos viajes, el realizado a Tierra Santa en 1886, en el que se le desató una profunda crisis espiritual. Empezó a manifestar cierta desmesura en las obras de caridad y en la práctica de exorcismos, lo que comprometió su situación en el palacio del marqués y ante la misma jerarquía eclesiástica.
Unos polémicos artículos del autor en la prensa bajo el título En defensa pròpia (1895-1897), le valieron la suspensión a divinis, revocada en 1898 merced a diversas intercesiones y a la misma opinión pública. Siendo beneficiario de la iglesia de Belén de Barcelona, murió en el vecino pueblo de Vallvidrera en 1902. Su entierro fue una clamorosa manifestación de simpatía popular.
Se ha dicho que la obra de Verdaguer, copiosa y diversa, bajo una orientación esencialmente romántica, llena ciertas lagunas que una historia a veces problemática había dejado en la literatura catalana. Esto se manifiesta con particular claridad en el caos de sus dos grandes poemas épicos: L’Atlàndida, versión mitológica sobre el origen de la configuración actual de los continentes y, de modo implícito, sobre la hazaña de Colón, y Canigó (1886), brillante cantar de gesta que, sintetizando elementos históricos, geográficos, líricos y folclóricos, confiere un sentido cristiano a los orígenes de Cataluña.
La intensidad del sentimiento religioso, a veces expresada con reflejos de los grandes místicos castellanos (véase Mística) y de Francisco de Asís, presenta su núcleo más importante en Idil.lis i cants místics (Idilios y cantos místicos, 1879), Caritat (Caridad, 1885), Sant Francesc (San Francisco, 1895) y Flors del Calvari (Flores del Calvario, 1896). Por otra parte, y como ya ocurre en Canigó, los poemas patrióticos verdaguerianos van a menudo teñidos de fervor religioso: es el caos de Oda a Barcelona (1883), Montserrat (1889) y Aires del Montseny (1901).
Jacint Verdaguer es asimismo un gran prosista, como lo acreditan sus escritos de viajes —Excursións i viatges (Excursiones y viajes, 1887) y Dietari d’un pelegrí a Terra Santa (Dietario de un peregrino a Tierra Santa, 1889)— y, por otra parte, sus espléndidos volúmenes Rondalles (Rondallas, 1905) y Folklore (Folclore, 1907), colecciones de cuentos y leyendas recogidos de la tradición oral.

Ikkyu

Ikkyu (1394-1481), monje zen japonés, calígrafo y poeta en lengua china. Hijo del emperador Go-Komatsu (que reinó de 1382 a 1412) y de una dama cortesana, ingresó a los cinco años en el templo zen Ankoku-ji de Kioto. En 1410 lo abandonó para estudiar con maestros particulares zen y se instaló cerca del lago Biwa, donde se dice que alcanzó la iluminación al escuchar el graznido de un cuervo.
Se trasladó al puerto de Sakai, en la década de 1420, época en la que se hizo famoso por su conducta disoluta, ya que visitaba con frecuencia los prostíbulos. Después vagó por Japón, mientras se relacionaba con actores de teatro nō, poetas y pintores, y escribía poemas en chino. Criticó el espíritu mundano de los templos zen de su época en agrias polémicas plasmadas en su poético Jikaishu (1455). En 1457 escribió Esqueletos, una obra piadosa sobre la fragilidad de la existencia. En 1474 fue a dirigir un templo de Kioto, el de Daitoku-ji; lo reformó y ayudó a reconstruir sus recintos saqueados por la guerra. Pero pronto lo abandonó y pasó los últimos años de su vida con una monja ciega. Los poemas chinos de su antología, La nube loca, son de tipo religioso, unas veces muy espirituales y otras, gráficamente eróticos.

Herman Melville

Herman Melville (1819-1891), novelista estadounidense y una de las principales figuras de la historia de la literatura. Su exploración de los temas psicológicos y metafísicos influyó en las preocupaciones literarias del siglo XX, a pesar de que sus obras permanecieron en el olvido hasta la década de 1920, cuando su genio recibió finalmente el reconocimiento que merecía.
Melville nació en Nueva York, el 1 de agosto de 1819, en el seno de una familia en decadencia. En 1837 se embarcó rumbo a Liverpool como mozo de cabina. De regreso a Estados Unidos trabajó como profesor y en 1841 viajó a los Mares del Sur a bordo del ballenero Acushnet. Tras 18 meses de travesía abandonó el barco en las islas Marquesas y vivió un mes entre los caníbales. Escapó en un mercante australiano y desembarcó en Papeete (Tahití), donde pasó algún tiempo en prisión. Trabajó como agricultor y viajó a Honolulú (Hawai), y desde allí, en 1843, se enroló en una fragata de la Marina estadounidense. A partir de 1844 dejó de navegar y comenzó a escribir novelas basadas en sus experiencias como marino; participó en la vida literaria de Boston y Nueva York.
Sus cinco primeras novelas alcanzaron rápidamente una gran popularidad. Typee (1846), Omoo (1847) y Mardi (1849) están ambientadas en las islas de los Mares del Sur. Redburn (1849) está basada en su primer viaje por mar, mientras que La guerrera blanca (1850) relata sus experiencias en el ejército. En 1850 se estableció en una granja cerca de Pittsfield (Massachusetts), donde entabló una estrecha amistad con Nathaniel Hawthorne, autor que ejercería una gran influencia en Melville y a quien éste dedicó su obra maestra, Moby Dick o la ballena blanca (1851).
El tema central de esta novela es el conflicto entre el capitán Ahab, patrón del ballenero Pequod, y la gran ballena blanca que le arrancó las piernas al capitán a la altura de la rodilla. Ahab, ávido de venganza, se lanza con toda su tripulación a una desesperada búsqueda de su enemigo. La obra sobrepasa en mucho la aventura y se convierte en una alegoría sobre el mal incomprensible representado por la ballena, un monstruo de las profundidades, que ataca y destruye lo que se pone en su camino, y también por el capitán Ahab, que representa la maldad absurda y obstinada, que sostiene una venganza personal y arrastra a la muerte inútil a muchos inocentes. La ambigüedad con la que se juzgan el bien y el mal hace de esta novela una heredera de la Odisea de Homero e incluso de la Divina Comedia de Dante.
Moby Dick no resultó un éxito comercial y la siguiente novela de Melville, Pierre o las ambigüedades (1852), una oscura exploración alegórica sobre la naturaleza del mal, fue un estrepitoso fracaso. Hoy, sin embargo, esta obra goza de cierta aceptación entre la crítica y el público. Israel Potter (1855), una historia romántica, corrió la misma suerte que las dos primeras.
En el libro de relatos Cuentos de Piazza (1856) se incluyen algunos de los mejores cuentos de Melville. Destacan especialmente 'Benito Cereno' y 'Bartleby el escribiente', así como los diez fragmentos descriptivos de las islas Galápagos, en Ecuador, que llevan por título 'Las Encantadas'. La novela inacabada El timador (1857), ambientada en un vapor del Mississippi, es una sátira del egoísmo y el materialismo de la época. Entre 1866 y 1885 Melville se ganó la vida como inspector de aduanas en Nueva York. Durante este periodo publicó varios volúmenes de poesía que han sido justamente valorados con el paso del tiempo. Entre estos figuran Aspectos de la guerra (1866) y Clarel (1876), la historia de una peregrinación a Tierra Santa salpicada de aventuras. En 1891 completó la novela Billy Budd, marinero (1924), la historia de un joven grumete que representa la inocencia, dominado por un malvado y endurecido oficial que es la personificación del mal. Melville murió en Nueva York el 28 de septiembre de 1891, poco después de completar Billy Budd. Esta obra ha sido llevada al teatro, al cine y a la ópera (1951) por el compositor inglés Benjamin Britten, en colaboración con el novelista E. M. Forster.

Henry David Thoreau

Henry David Thoreau (1817-1862), escritor, filósofo y naturalista estadounidense, cuya obra demuestra cómo los ideales abstractos de libertad e individualismo pueden realizarse en el ámbito de nuestras vidas.
Nació en 12 de julio de 1817, en Concord (Massachusetts), en el seno de una familia de comerciantes, y estudió en la Universidad de Harvard. Durante algunos años trabajó como profesor y tutor, tanto en Concord como en Staten Island (Nueva York). Entre 1841 y 1843 vivió en la casa del ensayista y filósofo transcendentalista, también estadounidense, Ralph Waldo Emerson, y allí conoció a numerosos transcendentalistas, como el educador y filósofo Amos Bronson Alcott, y a los críticos literarios de mentalidad reformista Margaret Fuller y George Ripley. Dos años más tarde se trasladó a una cabaña a orillas del Walden Pond, un pequeño lago situado en las afueras de su ciudad natal. Su estancia en la cabaña se prolongó hasta 1847. Regresó de nuevo a la casa de Emerson, en la que vivió entre 1847 y 1848, y finalmente, en 1849 se mudó a Concord, con sus padres y su hermana. Durante su permanencia en Walden Pond y, más tarde, en su ciudad natal, Thoreau sobrevivió llevando a cabo variados trabajos, como jardinero, carpintero y guadabosques. La mayor parte de su tiempo la dedicó al estudio de la naturaleza, a meditar acerca de problemas filosóficos , a leer a los clásicos de la literatura griega, latina e inglesa, y a mantener largas conversaciones con sus vecinos.
La revista transcendentalista The Dial publicó el poema 'Simpatía' en su primer número, en el año 1840 y siguió publicando otros poemas —entre los cuales cabe mencionar 'A la concella del este' y 'Un paseo en invierno', así como el ensayo 'Historia natural de Massachusetts'— hasta que dejó de editarse en 1844.
Sólo dos de los numerosos volúmenes que ocupan sus obras completas fueron publicados en vida del autor: Una semana en los ríos Concord y Merrimack (1849) y Walden, o la vida en los bosques (1854). Los materiales que componen el resto de los volúmenes fueron publicados póstumamente por los amigos del escritor, basándose en sus diarios, manuscritos y cartas. Una semana en los ríos Concord y Merrimack es la descripción de un viaje en barca que Thoreau llevó a cabo en agosto de 1839; se trata de una combinación de estudio de la naturaleza y especulación metafísica, y transmite claramente la comprometida personalidad de su creador. Walden, quizá su obra más conocida, expresa de un modo más concluyente las buenas razones que existen para adoptar una vida contemplativa, y contiene una nítida descripción de los principales detalles de su experiencia. Sus diarios y ensayos, de un gran valor literario, reflejan un talento especial a la hora de conseguir un estilo fresco y cuidado.
Thoreau eligió ir a la cárcel, aunque sólo por una noche, en lugar de pagar los impuestos a un gobierno que admitía la esclavitud y estaba envuelto en una guerra con México. Su postura en este aspecto quedó mucho más clara en su ensayo más célebre, 'Desobediencia civil' (1849). En él, sentó las bases teóricas de la resistencia pasiva, un método de protesta que, más adelante, adoptaría el político indio Mahatma Gandhi como táctica contra los británicos. Thoreau murió el 6 de mayo de 1862 en la misma ciudad en que había nacido.


Honoré de Balzac

Honoré de Balzac (1799-1850), escritor francés de novelas clásicas que figura entre las grandes figuras de la literatura universal, y cuyo nombre original era Honoré Balssa.
Balzac nació en Tours, el 20 de mayo de 1799. Hijo de un campesino convertido en funcionario público, tuvo una infancia infeliz. Obligado por su padre, estudió leyes en París de 1818 a 1821. Sin embargo, decidió dedicarse a la escritura, pese a la oposición paterna. Entre 1822 y 1829 vivió en la más absoluta pobreza, escribiendo teatro trágico y novelas melodramáticas que apenas tuvieron éxito. En 1825 probó fortuna como editor e impresor, pero se vio obligado a abandonar el negocio en 1828 al borde de la bancarrota y endeudado para el resto de su vida.
En 1829 escribió la novela Los chuanes, la primera que lleva su nombre, basada en la vida de los campesinos bretones y su papel en la insurrección monárquica de 1799, durante la Revolución Francesa (véase Chuanes). Aunque en ella se aprecian algunas de las imperfecciones de sus primeros escritos, es su primera novela importante y marca el comienzo de su imparable evolución como escritor. Trabajador infatigable, Balzac produciría cerca de 95 novelas y numerosos relatos cortos, obras de teatro y artículos periodísticos en los veinte años siguientes.
En 1832 comenzó su correspondencia con una condesa polaca, Eveline Hanska, quien prometió casarse con Balzac tras la muerte de su marido. Éste murió en 1841, pero Eveline y Balzac no se casaron hasta marzo de 1850. Balzac murió el 18 de agosto de ese mismo año.
En 1834 concibió la idea de fundir todas sus novelas en una obra única, La comedia humana. Su intención era ofrecer un gran fresco de la sociedad francesa en todos sus aspectos, desde la Revolución hasta su época. En una famosa introducción, escrita en 1842, explicaba la filosofía de la obra, en la cual se reflejaban algunos de los puntos de vista de los escritores naturalistas Jean Baptiste de Lamarck y Étienne Geoffroy Saint-Hilaire.
Balzac afirmaba que, así como los diferentes entornos y la herencia producen diversas especies de animales, las presiones sociales generan diferencias entre los seres humanos. Se propuso de este modo describir cada una de lo que llamaba “especies humanas”. La obra incluiría 137 novelas, divididas en tres grupos principales: Estudios de costumbres, Estudios filosóficos y Estudios analíticos. El primer grupo, que abarca la mayor parte de su obra escrita, se subdivide a su vez en seis escenas: privadas, provinciales, parisinas, militares, políticas y campesinas.
Las novelas incluyen unos dos mil personajes, los más importantes aparecen a lo largo de toda la obra. Logró completar aproximadamente dos tercios de este enorme proyecto. Entre las novelas más conocidas de la serie figuran Papá Goriot o El tío Goriot (1834), que narra los excesivos sacrificios de un padre con sus ingratas hijas; Eugenia Grandet (1833), donde cuenta la historia de un padre miserable y obsesionado por el dinero que destruye la felicidad de su hija; La prima Bette (1847), un relato sobre la cruel venganza de una vieja celosa y pobre; La búsqueda del absoluto (1834), un apasionante estudio de la monomanía, y Las ilusiones perdidas (1837-1843), un relato sobre las ambiciones de un criminal, Vautrin, dotado de una inteligencia única.
El objetivo de Balzac era ofrecer una descripción absolutamente realista de la sociedad francesa, algo fascinante para el autor. Sin embargo, su grandeza reside en la capacidad para trascender la mera representación y dotar a sus novelas de una especie de suprarrealismo. La descripción del entorno es en sus obras casi tan importante como el desarrollo de los personajes. Él afirmó en cierta ocasión que “los acontecimientos de la vida pública y privada están íntimamente relacionados con la arquitectura“, y en consecuencia, describe las casas y las habitaciones en las que se mueven sus personajes de tal modo que revelen sus pasiones y deseos.
Aunque los personajes de Balzac son perfectamente creíbles y reales, casi todos ellos están poseídos por su propia monomanía. Todos parecen más activos, vivos y desarrollados que sus modelos vivos, por lo que esta superación de la vida es un rasgo característico de sus personajes. Además convierte en sublime la mediocridad de la vida, sacando a la luz las partes más sombrías de la sociedad. Confiere al usurero, la cortesana y el dandi la grandeza de héroes épicos.
Otro aspecto del extremado realismo de Balzac es su atención a las prosaicas exigencias de la vida cotidiana. Lejos de llevar vidas idealizadas, sus personajes permanecen obsesivamente atrapados en un mundo materialista de transacciones comerciales y crisis financieras. En la mayoría de los casos este tipo de asuntos constituyen el núcleo de su existencia. Así, por ejemplo, la avaricia es uno de sus temas predilectos. En sus diálogos demuestra un extraordinario dominio del lenguaje, adaptándolo con sorprendente habilidad para retratar una amplia variedad de personajes. Su prosa, aunque excesivamente prolija en ocasiones, posee una riqueza y un dinamismo que la hace irresistible y absorbente.
Entre sus numerosas obras destacan, además de las ya citadas, las novelas La piel de zapa (1831), El lirio del valle (1835-1836), César Birotteau (1837), Esplendor y miseria de las cortesanas (1837-1843) y El cura de Tours (1839); los Cuentos extravagantes (1832-1837); la obra de teatro Vautrin (1839), y sus célebres Cartas a la extranjera, que recogen la larga correspondencia que mantuvo desde 1832 con Eveline Hanska.

Íñigo López de Mendoza

Íñigo López de Mendoza (1398-1458), poeta español, una de las figuras más relevantes de la corte del rey Juan II de Castilla.
Pertenecía a una familia de la nobleza castellana en la que se cultivaban con la misma pasión, las letras y las armas, pero fue él quien mejor representó el modelo del caballero noble, soldado y poeta. Intervino en distintos hechos de armas del reinado de Juan II, y lo mismo luchó contra los moros (batalla de Huelma, 1438), que contra los nobles sublevados contra el rey (Olmedo, 1445); también desempeñó misiones diplomáticas en Italia, e incluso participó en intrigas cortesanas, ya que fue uno de los que consiguió ver a don Álvaro de Luna en el cadalso. Estas lealtades le valieron el título de marqués de Santillana, en la villa de Cantabria.
Pero aun siendo todo esto importante su fama se la debe a las letras. Pasó sus primeros años de juventud formándose en Aragón, y allí estuvo en contacto con los escritores en lengua catalana. Fue gran amigo del también poeta castellano Juan de Mena, con el que intercambió poemas laudatorios, como era costumbre entre los elitistas y refinados poetas cortesanos, preocupados por la cultura universal y en saber qué escribía cada uno y no como los autores de romances, los herederos de los juglares, que lo hacían según la tradición y sin contacto con nadie.
López de Mendoza, que ya era un humanista concebía la poesía y la literatura en general no como un entretenimiento cortesano, sino como algo profundo que podía investigar cualquier tema siempre que se presentara “con fermosura cobertura”. Cultivó diversos géneros y estilos, canciones, serranillas, sonetos, composiciones satíricas políticas y religiosas o poemas didácticos y alegóricos.
El Proemio e carta al condestable don Pedro de Portugal (1445) es su obra en prosa de mayor interés. En el prólogo expone lo que para él es la poesía y a la vez es un documento importante de crítica literaria donde se apoya incluso en escritores clásicos como Homero o Séneca. Compuso también los Decires narrativos, una amplia colección de poemas que comenzó en 1437. Son relatos en primera persona de tipo alegórico, siguiendo el estilo del poeta italiano Dante, en el que trata temas amorosos como el Infierno de los enamorados, lamentos fúnebres como Planto por la reina doña Margarida, el tema de la fama y la fortuna en la Defunsión de don Enrique de Villena, reflexiones políticas en la Comedieta de Ponza.
Una obra muy personal del marqués de Santillana son las serranillas que arrancan de la tradición popular de los cancioneros galaico-portugueses y del valorado escritor Arcipreste de Hita, pero que él transforma con gracia y elegancia incluyendo retratos paisajísticos resultado de sus viajes por la península Ibérica: sierra del Moncayo, Lozoyuela (en la sierra de Guadarrama), la sierra de Jaén; en estos paisajes se describe con pinceladas localistas el tema del encuentro amoroso de un viajero con una pastora; el diálogo ingenioso hace de estas composiciones lo más refinado de la poesía del siglo XV español.

Homero Aridjis

Homero Aridjis (1940- ), poeta y narrador mexicano.
Nacido en Contepec, Michoacán, estudió periodismo en la Escuela Carlos Septién García de la ciudad de México. Se formó en el taller literario de Juan José Arreola. Fue embajador en Suiza y agregado cultural en los Países Bajos. Ha dado clases de literatura en varias universidades de Estados Unidos (como en la de Indiana y Nueva York) y colaborado en numerosas publicaciones. En 1985 co-fundó el Grupo de los Cien, una organización ecologista integrada por artistas e intelectuales comprometidos en la defensa de la naturaleza, especialmente en su país. Aridjis lucha por la conservación de los bosques, el fin de la matanza de tortugas marinas y ballenas, y el del tráfico de animales. Actualmente es presidente del PEN Club Internacional.
Su poesía, en un principio influenciada por Octavio Paz, ha pasado de la riqueza metafórica y visual de sus primeros libros a una sencillez discursiva que, como la de José Emilio Pacheco, busca acercarse a la limpidez. Sus libros de poemas más importantes son: Antes del reino (1963), Mirándola dormir (1964, Premio Xavier Villaurrutia), Perséfone (1967), Los espacios azules (1969), Quemar las naves (1975), Imágenes para el fin del milenio (1990), Tiempo de ángeles (1997), El ojo de la ballena (2001) y la antología Ojos de otro mirar (2002). Ha escrito también obras de teatro, como Moctezuma II (1982) y El gran teatro del fin del mundo (1989), y novelas, como El poeta niño (1971), 1492, Vida y milagros de Juan Cabezón de Castilla (1985), El último Adán (1986), Memorias del Nuevo Mundo (1988), La leyenda de los soles (1993), El señor de los últimos días (1994), ¿En qué piensas cuando haces el amor? (1996) y La zona del silencio (2002). Es autor también de unas memorias tituladas La montaña de las mariposas (2000).

Herbert George Wells

Herbert George Wells (1866-1946), autor y filósofo político inglés, famoso por sus novelas de ciencia ficción, que contienen descripciones proféticas de los triunfos de la tecnología así como de los horrores de las guerras del siglo XX.
Nacido el 21 de septiembre de 1866, en Bromley, Kent, estudió con una beca en la Normal School of Science de Londres. Trabajó como aprendiz, contable, tutor y periodista hasta 1895, en que pudo dedicarse por completo a escribir. Su relación con Rebecca West, que duró diez años, dio como fruto un hijo, Anthony West, nacido en 1914. Durante los siguientes 50 años escribió más de 80 libros. Su primera novela, La máquina de explorar el tiempo (1895), en la que se entrelazaban la ciencia, la aventura y la política, obtuvo un éxito inmediato. A ella le siguieron gran cantidad de obras en esta línea, como El hombre invisible (1897), La guerra de los mundos (1898) y Las cosas del futuro (1933), todas ellas dieron origen a una película.
Wells escribió asimismo novelas en las que llevaba a cabo extensos retratos de los personajes, ejemplos de las cuales pueden ser Kipps (1905) y La historia de Mr. Polly (1910), en los que describe con fina ironía el fracaso de las aspiraciones sociales de sus protagonistas. En ambas se deja entrever el medio en que pasó su juventud; la primera cuenta la historia de un profesor cuyo trabajo no recibe el reconocimiento que merece, mientras la segunda retrata a un aprendiz de una mercería. La gran mayoría de sus restantes libros se pueden clasificar como novelas sociales. Entre ellas se encuentran Ann Veronica (1909), en la que defiende los derechos de las mujeres; Tono-Bungay (1909), un ataque al capitalismo irresponsable; y Mr. Britling va hasta el fondo (1916), que describe la reacción del inglés medio ante la guerra. Después de la I Guerra Mundial (1914-1918) escribió una obra histórica que se hizo inmensamente popular, El esquema de la historia (2 volúmenes, 1920).
A lo largo de toda su vida, Wells se preocupó, y dejó amplia constancia de ello, de la supervivencia de la sociedad contemporánea. Durante un breve periodo de tiempo fue miembro de la Sociedad fabiana. Aunque creyó firmemente en la utopía según la cual las vastas y terroríficas fuerzas materiales puestas a disposición de los seres humanos podrían ser controladas de un modo racional y utilizadas para el progreso y la igualdad entre los habitantes del mundo, poco a poco fue volviéndose más pesimista. Así, '42 to 44' (Del 42 al 44, 1944) criticaba a la mayoría de los líderes mundiales de ese periodo; y El destino del homo sapiens (1945) expresaba las dudas del autor acerca de la posibilidad de supervivencia de la raza humana. Escribió asimismo Experimento de autobiografía (1934), antes de su muerte, acaecida el 13 de agosto de 1946, en Londres.

Ignacio de Luzán

Ignacio de Luzán (1702-1754), escritor español creador de la corriente neoclásica española.
Nació en Zaragoza en 1702. Al cuidado de un tío suyo, tuvo la oportunidad de viajar por Italia, donde estudió leyes y lenguas clásicas y se doctoró en Derecho en 1726. Conoció a Giambattista Vico en 1729. Después de ocupar el cargo de secretario de la Embajada Española en París, de 1747 a 1750, viajó a Madrid. Su obra más importante, ejemplo de estética neoclásica, es la Poética o Reglas de la poesía en general y de sus principales especies (1737), en la que sigue a Aristóteles y se detiene en el origen y la esencia de la poesía, en su utilidad y deleite, en la poesía dramática y en la épica. Luzán respondió a las críticas de Iriarte con el Discurso apologético de don Iñigo de Lanuza (1751). Otras obras destacables son Carta en defensa de España (1742) y, en italiano, Razonamientos sobre la poesía (1728) y Sueño del buen gusto (1729). Además de sus traducciones de autores clásicos y modernos, sobresale la de La demencia de Tito, de Metastasio, con la que se inauguró el Teatro Real del Buen Retiro (1747). Murió en 1754 en Madrid

Henry James

Henry James (1843-1916), escritor estadounidense expatriado, cuya narrativa magistral aúna la inocencia americana y la experiencia europea en una obra intensa y psicológicamente compleja.
Henry, hermano menor del distinguido filósofo William James, nació el 15 de abril de 1843 en Nueva York. Estudió en Nueva York, Londres, París y Ginebra. En 1875, se estableció en Inglaterra y en 1915 obtuvo la nacionalidad inglesa. Recién cumplidos los veinte años comenzó a publicar cuentos y artículos en revistas de Estados Unidos.
La obra de James se caracteriza por su ritmo lento y la descripción sutil de los personajes, más que por los incidentes dramáticos o los argumentos complicados. Sus libros principales, modelos de la novela objetiva psicológica, tratan del mundo ocioso y afectado que conoció de cerca mientras vivió en Europa.
En sus primeros relatos y novelas, James manifiesta el impacto que la vieja cultura europea causó en los americanos que viajaban o vivían en el viejo continente. Ejemplos de esta fase, escritos entre 1875 y 1881, son Roderick Hudson (1876), El americano (1877), Daisy Miller (1879) y Retrato de una dama (1881). Después exploró los tipos y costumbres del carácter inglés, como en La musa trágica (1890), Los despojos de Poynton (1897) y La edad ingrata (1899). En sus últimas tres grandes novelas, Las alas de la paloma (1902), Los embajadores (1903) y La copa dorada (1904), vuelve al esquema del contraste entre las sociedades europea y americana. En general, el estilo de sus últimas obras es complejo, revelando oblicuamente los motivos y conducta de sus personajes por medio de sus conversaciones y a través de las observaciones minuciosas que se hacen entre sí. A pesar de que el diálogo significativo es característico de su estilo literario, sus obras de teatro fracasaron, aunque varias de ellas fueron dramatizadas o llevadas al cine con éxito, incluyendo dos de sus muchos relatos, Los papeles de Aspern (1888) y Otra vuelta de tuerca (1898), además de Washington Square (1881), una de sus novelas más famosas.
James murió el 28 de febrero de 1916, en su casa de campo de Rye, Sussex. Fue un autor prolífico y a lo largo de los 51 años de su carrera escribió 20 novelas, 112 relatos y 12 obras de teatro, lo que significa que publicó uno o más libros al año hasta el final de su vida. Su obra incluye, además de la ficción, un gran volumen de crítica literaria en el que pone de manifiesto su admiración por los novelistas George Eliot y Honoré de Balzac. La reputación de James como figura clave en las literaturas inglesa y estadounidense no llegó a consolidarse hasta la década de 1940. La detallada descripción de la vida interior de sus personajes le convierten en uno de los precursores del monólogo interior.

Hermann Broch

Hermann Broch (1886-1951), novelista, dramaturgo y filósofo austriaco.
Broch nació en Viena el 1 de noviembre de 1886. Fue director de la empresa textil de su familia desde 1907 hasta 1928, año en el que abandonó la empresa para estudiar matemáticas y filosofía en la Universidad de Viena.
La trilogía novelística de Broch, Los sonámbulos (1931-1932), con influencias de Marcel Proust, James Joyce y Franz Kafka, presenta a las clases medias de Alemania entre 1888 y 1918, como una gente sin objetivos ni ideales, que se mueve sonámbula entre los cambios sociales. Tras la ocupación nazi de Austria, en 1938, fue detenido como sospechoso de oposición. Huyó a Estados Unidos, donde enseñó en las universidades de Princeton y Yale y emprendió investigaciones sobre psicología de masas. Entre sus últimas novelas, La muerte de Virgilio (1945) utiliza las dudas del poeta clásico romano Virgilio acerca de si debe destruir su poema épico, la Eneida, para cuestionar el valor del arte y llevar a cabo una de las obras cumbres de la narrativa de este siglo; Los inocentes (1950) describe los años entre 1918 y 1933 y la pasividad que permitió el ascenso del nazismo; y su última e incompleta novela, El tentador (1954) recrea la historia del nazismo, representada por una crisis en un pueblo de montaña. Broch murió el 30 de mayo de 1951 en New Haven, Estados Unidos.

Hans Sachs

Hans Sachs (1494-1576), poeta, dramaturgo y compositor alemán, nacido en Nuremberg. Era aprendiz de zapatero en 1509, y después se uniría al gremio de los maestros cantores, grupo de poetas-músicos de la clase de los comerciantes. Como zapatero por cuenta ajena viajó por el sur de Alemania y la zona del Rin; allí Sachs se unió a gremios de maestros cantores en muchas ciudades. En 1517, al componer un aria que el gremio de Nuremberg aprobó, se convirtió en miembro de dicho gremio, y en 1519 fue considerado maestro zapatero. Sachs simpatizó con la Reforma; su poema más famoso, El ruiseñor de Wittenberg (1523), era una elegia a Martín Lutero. Fue un poeta muy prolífico, escribió más de 6.000 canciones, obras de teatro y poemas narrativos, famosos por su humor lleno de vida y por sus vívidas representaciones de la vida cotidiana; también compuso importantes melodías como Meistersinger (maestro cantor). Sachs es la figura central de la ópera Los maestros cantores de Nuremberg (1867) de Richard Wagner.


viernes, 11 de noviembre de 2011

Fiódor Mijáilovich Dostoievski

Fiódor Mijáilovich Dostoievski (1821-1881), novelista realista ruso, uno de los más importantes de la literatura universal, que escudriñó hasta el fondo de la mente y el corazón humanos, y cuya obra narrativa ejerció una profunda influencia en todos los ámbitos de la cultura moderna.
Nació en Moscú el 11 de noviembre de 1821. Su infancia fue bastante triste y, cuando contaba sólo diecisiete años, su padre, que era un médico retirado del Ejército, le envió a la Academia Militar de San Petersburgo. Pero los estudios técnicos le aburrían y, tras graduarse, decidió dedicarse a la literatura.
Su primera novela, Pobres gentes (1846), la desgraciada historia de amor de un humilde funcionario estatal, recibió buenas críticas por considerar a los pobres víctimas de sus terribles circunstancias. El libro era bastante novedoso, pues añadía la dimensión psicológica a la puramente narrativa en su análisis de los conflictos del protagonista, observándolos desde su interior. En su siguiente novela, El doble (1846), y en otros trece esbozos y cuentos que escribió durante los siguientes tres años, el autor ruso continuó explorando las humillaciones y el consecuente comportamiento de los desheredados.
En 1849, su carrera literaria quedó fatalmente interrumpida. Se había unido a un grupo de jóvenes intelectuales que leían y debatían las teorías de escritores socialistas franceses, por aquel entonces prohibidos en la Rusia zarista de Nicolás I. En sus reuniones secretas se infiltró un informador de la policía, y todo el grupo fue detenido y enviado a prisión. En diciembre de 1849 se les condujo a un lugar en que debían ser fusilados, pero, en el último momento, se les conmutó la pena máxima por otra de exilio. Dostoievski fue sentenciado a cuatro años de trabajos forzados en Siberia y a servir a su país, posteriormente, como soldado raso. Las tensiones de ese periodo desembocaron en una epilepsia, que sufriría durante el resto de su vida.
En Memorias de la casa de los muertos (1861-1862), publicada en Vremia (Tiempo), la revista que él mismo fundó en 1861, describió con todo detalle el sadismo, las condiciones infrahumanas y la falta total de privacidad entre los presos, resultado de su experiencia. Allí, él, 'un caballero', había sido tratado con desprecio.
Durante este tiempo también experimentó un cambio espiritual y psicológico. Sus lecturas, limitadas a la Biblia, le empujaron a rechazar el ateísmo socialista, de inspiración occidental, que había practicado en su juventud. Las enseñanzas de Jesucristo se convirtieron en la suprema confirmación de sus ideas éticas y de la posibilidad de la salvación a través del sufrimiento. La brutalidad que observaba entre los más crueles delincuentes, salpicada a la vez por gestos de generosidad y por sentimientos nobles, le ayudaron a profundizar en su conocimiento de la complejidad del espíritu humano. Liberado en 1854, se le envió a una guarnición militar en Mongolia, donde pasó los siguientes cinco años hasta que recibió permiso para regresar a San Petersburgo, en compañía de una viuda aquejada de tuberculosis, con la que se casó pero con la que no fue feliz.
Al regresar a San Petersburgo, Dostoievski retomó su carrera literaria, lanzando una publicación mensual en colaboración con su hermano Mijaíl, llamada Vremia (Tiempo). En ella publicó, por capítulos, Memorias de la casa de los muertos y Humillados y ofendidos. En esta melodramática historia, muy apreciada por los lectores debido a su compasivo tratamiento de los desheredados, el autor ruso presenta por primera vez el tema de la redención y de la conquista de la felicidad a través del sufrimiento.
Su primer viaje al extranjero, un deseo que había acariciado desde mucho tiempo atrás, quedó reflejado en Notas de invierno sobre impresiones de verano (1863), ensayo en el cual describe la mecánica monotonía de la cultura de la Europa occidental. Cuando la revista fue clausurada, por un artículo supuestamente subversivo, los dos hermanos se embarcaron, en 1864, en el proyecto de Epoja (Época), otra revista de corta vida. En ella se publicó el comienzo de la única novela filosófica de Dostoievski, Memorias del subsuelo (1864). Esta obra, considerada como el prólogo de sus obras mayores, es un autoflagelante monólogo en el que el narrador, un rebelde contrario al materialismo y al conformismo imperantes en la sociedad, constituye el primero de los antihéroes enajenados de toda la historia de la literatura moderna.
Tras la larga enfermedad y muerte de su mujer en 1864, y la de su hermano, cuyas deudas financieras se vio obligado a pagar, quedó prácticamente en la ruina. A cambio de un préstamo, se comprometió con un poco escrupuloso editor a cederle los derechos de sus obras si no le entregaba una novela completa en el plazo de un año. Dos meses antes de cumplirse ese plazo, le presentó El jugador (1866), basada en su propia pasión por la ruleta. Para transcribir esta novela había contratado los servicios de una mecanógrafa, Anna Snitkina, con la que se casaría poco después, y con la que alcanzaría felicidad y satisfacción.
Dostoievski se pasó los siguientes años fuera del país, para escapar de los acreedores. Fueron años de pobreza, pero de gran creatividad. Durante este periodo, consiguió finalizar Crimen y castigo (1866), que había comenzado antes que El jugador, y Los endemoniados (1871-1872). Cuando regresó a Rusia, en 1873, ya era un escritor con renombre internacional. Su última novela, Los hermanos Karamazov (1879-1880), la completó poco antes de su muerte, acaecida el 9 de febrero de 1881 en San Petersburgo.
Sobre estas cuatro últimas novelas, en las que Dostoievski traslada a sus narraciones los problemas morales y políticos que le preocupan, descansa el reconocimiento universal conseguido. En el interior de argumentos ingeniosamente construidos para mantener el interés del lector hasta el final, el autor crea unos personajes heroicos, de carácter dinámico y autónomo, y los coloca en situaciones extremas. Cada novela se centra en la exploración de sus conflictivas vidas, de sus motivaciones y en la justificación filosófica de sus existencias. De cada una de ellas, el autor llevó un cuaderno de notas. Todos estos libros fueron traducidos a comienzos del siglo XX y constituyeron una impagable revelación de sus métodos creativos.
En Crimen y castigo, probablemente su mejor novela, un estudiante pobre, Raskolnikov, asesina y roba a una vieja avara a la que considera un parásito, con el fin de destruir una vida que le parece miserable y salvar la de sus familiares, sumidos en la indigencia. Atormentado por su culpa y su aislamiento, termina por confesar y por redimirse espiritualmente. El tema principal de esta novela es un análisis sobre si un ser, que se ve como un individuo extraordinario, tiene derecho a quebrantar el orden moral.
En cambio, el protagonista de otra de sus novelas, El idiota (1868-1869), es un personaje mesiánico, concebido por el autor como el paradigma del hombre bueno. El príncipe Mishkin irradia sinceridad, compasión y humildad, y se convierte en un defensor público de estas virtudes, pero es derrotado por sus propios odios y deseos. Los endemoniados (1871-1872) es una novela sobre un grupo de conspiradores revolucionarios que usan tácticas terroristas para conquistar sus metas. El protagonista, Stavrogín, es un personaje demoníaco y autodestructivo, con una ilimitada inclinación hacia la crueldad.
Los hermanos Karamazov,
La creación simbólica de mundos en los que héroes traspasados por el carácter trágico de la vida buscan la verdad y la autorrealización conforma la característica más destacada de las últimas obras de Dostoievski, que las convierten en obras universales e intemporales. A través de ellas, el escritor ruso se anticipó a la moderna psicología, al explorar los motivos ocultos y llegar a comprender de un modo intuitivo el funcionamiento del inconsciente, que se manifiesta claramente en las conductas irracionales, el sufrimiento psíquico, los sueños y los momentos de desequilibrio mental de sus personajes. Preparó, asimismo, el camino para las aproximaciones psicológicas llevadas a cabo por la literatura del siglo XX y por los escritores del surrealismo y el existencialismo.
Su gran aportación a la literatura universal consistió en dar un nuevo enfoque a la novela según el cual el narrador ya no está fuera de la obra relatando acontecimientos más o menos ajenos a él, sino que su presencia se manifiesta con voz propia, como si de otro personaje se tratara. Ejemplos significativos de la adopción de este modo de narrar se pueden observar en André Gide, Thomas Mann, Miguel de Unamuno, Jean-Paul Sartre o en el argentino Roberto Arlt, que en los círculos literarios de los años treinta era conocido como el "pequeño Dostoievski".
La obra de Fiódor Dostoievski fue traducida al español por Rafael Cansinos-Assens.
considerada como una de las grandes obras maestras de la literatura universal, constituye la expresión artística más poderosa de la habilidad de Dostoievski para traducir a palabras sus análisis psicológicos y sus puntos de vista filosóficos. Su argumento, el de una historia de misterio sobre un asesinato, se adentra en el terreno del parricidio y de las tensiones familiares. La profunda significación intelectual y espiritual de esta extensa novela se va revelando a través del enfrentamiento entre los tres hermanos, el intelectual escéptico, Iván, el pasional hombre de acción, Dmitri, y el bondadoso novicio de un monasterio, Aliocha. Los tres protagonistas, símbolos metafísicos del cuerpo, la mente y el espíritu, que habitan en el hombre contemporáneo, debaten larga y apasionadamente sobre los temas que preocupaban al autor desde su juventud: la expiación de los pecados a través del sufrimiento, la necesidad de una fuerza moral en este universo racional, la lucha entre el bien y el mal, el valor supremo de la libertad y del individuo. Y la más importante de todas las preguntas, y de la que sólo se han dado respuestas parciales: cómo debe vivir un ser humano y para quién tiene que hacerlo.

William Carlos Williams

William Carlos Williams (1883-1963), poeta, novelista y médico estadounidense, célebre por escribir, utilizando un lenguaje popular, sobre temas y hechos cotidianos.
Nacido el 17 de septiembre de 1883 en Rutherford, (Nueva Jersey), estudió en las universidades de Pennsylvania y Leipzig, (Alemania). A partir de 1910 ejerció la medicina en su ciudad natal y en la vecina Paterson, profesión que simultaneaba con su afición a la literatura. Durante esos años, su reputación entre la crítica fue creciendo, y se le comenzó a apreciar primero como poeta y más tarde como narrador. Su primeros poemas se publicaron en dos libros, Poemas (1909) y Temperamentos (1913). Sus obras de madurez, con frecuencia radicalmente experimentales en cuanto a técnica y forma, recibieron la influencia del movimiento imaginista, caracterizado por un rechazo hacia el sentimentalismo, la artificialidad y la vaguedad, y su consecuente empeño en utilizar un lenguaje común, contener al máximo la expresión de las emociones y concentrarse en experiencias concretas de la realidad cotidiana. Ejemplos de su última poesía se pueden encontrar en Poemas completos (1938) y Poemas completos (1950). A finales de la década de 1930, comenzó la composición de un extenso poema acerca de la vida en su país durante los años de la Gran Depresión de 1929, titulado Paterson, Libros I-V (1946-1958). Entre sus trabajos en prosa se encuentra una conocida y muy leída colección de ensayos acerca de la historia de los Estados Unidos, Así comienza la vida (1925), y las novelas La mula blanca (1937), El cuerno de la abundancia (1940), y La construcción (1952). Recibió el Premio Nacional del Libro de Poesía en 1950. Murió el 4 de marzo de 1963, en Rutherford, y recibió póstumamente el Premio Pulitzer por su colección de poemas Cuadros de Brueghel y otros poemas (1962). En 1951 su Autobiografía apareció.

William Somerset Maugham

William Somerset Maugham (1874-1965), escritor inglés cuyas novelas y relatos se caracterizan por su gran facilidad narrativa, su sencillez estilística y una visión del mundo irónica y desencantada. Maugham nació en París y estudió medicina en la Universidad de Heidelberg (Alemania) y en el hospital de St Thomas's de Londres. El éxito de su primera novela, Liza de Lambert (1897), una obra menor, le animó sin embargo a abandonar la medicina. Su novela semiautobiográfica Servidumbre humana (1915) se considera su mejor obra. La luna y seis peniques (1919) narra el conflicto entre el artista y la sociedad convencional, y está basada en la vida del pintor francés Paul Gauguin; cabe citar además El velo pintado (1925), Pasteles y cerveza (1930), Vacaciones de Navidad (1939), Antes de amanecer (1942), El filo de la navaja (1944) y Catalina (1948). Entre sus colecciones de relatos destacan El temblor de una hoja (1921), que incluye el relato 'Miss Thompson', del que más tarde se realizó una versión teatral titulada Lluvia (1928); Primera persona del singular (1931); El rey (1933), y Cuarteto (1948). También escribió comedias satíricas, como El círculo (1921) y Los mejores (1923), un melodrama titulado Al este de Suez (1922), ensayos y dos autobiografías.

Washington Irving

Washington Irving (1783-1859), primer escritor estadounidense que alcanzó renombre internacional. Irving nació el 30 de abril de 1783 en Nueva York. Estudió derecho en universidades privadas y después de trabajar en varios despachos de abogados y viajar a Europa por motivos de salud, de 1804 a 1806, fue finalmente admitido en la abogacía (1806). Sin embargo, su interés por la jurisprudencia fue escaso y duró poco. A partir de 1802 empezó a colaborar en periódicos de Nueva York con artículos satíricos. Las Cartas del caballero Jonathan Oldstyle, una serie de artículos escritos entre 1802 y 1803, le proporcionaron su primer reconocimiento literario. De 1807 a 1808 fue la figura principal de un grupo integrado por sus hermanos, William Irving y Peter Irving, y su cuñado James Kirke Paulding. Juntos escribieron Salmagundi, una serie de poemas y ensayos satíricos sobre la sociedad neoyorquina. Las contribuciones de Irving en esta miscelánea consolidaron su fama de ensayista de talento, reputación que creció con su obra siguiente, Historia de Nueva York (1809), escrita aparentemente por su famoso personaje cómico, el erudito holandés-estadounidense Diedrich Knickerbocker. La Historia pretende ser un relato de Nueva York durante el tiempo en que estuvo ocupada por los holandeses, pero en realidad es una sátira fantasiosa sobre la pedantería de los anticuarios y una crítica federalista conservadora a la democracia jeffersoniana. Considerada como la primera contribución importante a la literatura cómica estadounidense, y un gran éxito popular desde que apareció, la obra proporcionó a Irving una fama considerable y grandes ganancias.
En 1815 se fue a vivir a Liverpool como socio sin voz de la firma comercial de sus hermanos. Cuando, tras una serie de pérdidas, el negocio quebró en 1818, Irving se puso a escribir de nuevo para ganarse la vida. En Inglaterra trabó amistad con importantes hombres de letras, entre ellos Thomas Campbell, sir Walter Scott y Thomas Moore. Con el seudónimo de Geoffrey Crayon escribió los ensayos y relatos reunidos en Libro de Apuntes (1820), su obra más famosa, que fue ampliamente elogiada por su genialidad, gracia y humor, tanto en Inglaterra como en Estados Unidos. Dos de sus relatos, 'Rip Van Winkle' y 'La leyenda de Sleepy Hollow', ambientados también en los días en que Nueva York era colonia holandesa, se han convertido en clásicos de la Literatura estadounidense.
Desde 1826 hasta 1829 fue miembro del cuerpo diplomático de Estados Unidos en Madrid. Durante este periodo y después de volver a Inglaterra, escribió varias obras históricas, de las cuales la más famosa es Historia de la vida y viajes de Cristóbal Colón (1828). Otra obra muy conocida de este periodo es Cuentos de la Alhambra (1832), una serie de apuntes y relatos inspirados en su estancia, en 1829, en Granada. En 1832, tras una ausencia de 17 años, volvió a Estados Unidos, donde fue recibido como una figura de alcance nacional.
En 1842 fue nombrado embajador de Estados Unidos en Madrid, donde vivió hasta 1846 y continuó escribiendo y con sus investigaciones históricas. De vuelta a Estados Unidos en 1846 se estableció en Sunnyside, su casa de campo, donde murió el 28 de noviembre de 1859. Sunnyside es en la actualidad museo y casa histórica. El estilo de Irving, popular pero elegante, fácil y pintoresco le atrajo un público internacional.
Otras obras son Bracebridge Hall (1822), Cuentos de un viajero (1824), Crónica de la conquista de Granada (1829), Cuentos del antiguo Nueva York (1835), Oliver Goldsmith (1849) y Vida de Washington Irving (5 volúmenes, 1855-1859).

William Butler Yeats

William Butler Yeats (1865-1939), poeta y autor teatral irlandés. Premio Nobel de Literatura, fue el máximo representante del renacimiento irlandés, y uno de los escritores más sobresalientes del siglo XX.
Nació en Dublín, el 13 de junio de 1865. Hijo del pintor John Butler Yeats, estudió pintura en Londres y en su ciudad natal. Pasó largas temporadas en el condado de Sligo, que le inspiró un enorme interés por las tradiciones irlandesas. En 1887, se trasladó con su familia a Londres, donde descubrió el hinduismo, la teosofía y el ocultismo. Escribió poemas líricos y simbólicos sobre temas paganos irlandeses, como El peregrinaje de Oisin (1889) y La isla del lago de Innisfree (1893), en un tono romántico y melancólico que él creía característico de los celtas. Escribió también El crepúsculo celta (1893) y La rosa secreta (1897), basados en leyendas irlandesas. En una visita a su país conoció a la bella patriota irlandesa Maud Gonne, a la que amó apasionadamente durante el resto de su vida. Ella inspiró gran parte de sus primeras obras y le introdujo en los círculos de irlandeses que luchaban por la independencia de su país.
Regresó a Irlanda en 1896, y estableció una profunda amistad con la autora teatral nacionalista lady Gregory, a la que visitaba a menudo en sus propiedades de Coole Parke, y junto con la cual realizó un viaje a Italia. Con lady Isabella Augusta Gregory fundó el Teatro Abbey. A través de su labor como director y autor de obras de teatro, consiguió convertirlo en uno de los más importantes del mundo, y en centro principal del renacimiento literario irlandés. Entre las obras que escribió para la compañía del Abbey, destacan Cathleen ni Houlihan (1902), una obra teatral de carácter nacionalista con Maud Gonne como protagonista, y Deirdre (1907), una tragedia en verso.
En esos años también publicó libros de poesía, como El viento entre los juncos (1899), Las aguas sombrías (1900) y El yelmo verde (1910). En ellas se pone de manifiesto el progresivo abandono del misticismo, que va siendo sustituido por un estilo más claro y comprometido.
A medida que pasaban los años, el autor fue dedicándose cada vez más a la política activa. Fue senador de la primera legislatura del parlamento del recién constituido estado de Irlanda, entre 1922 y 1928. Durante sus años de vejez fue perfeccionando su estilo. Sus últimas obras se consideran las mejores de su producción. En ellas se deja sentir la influencia de Georgie Hyde-Lees, su esposa desde 1917, que tenía un talento especial, como médium que era, para la escritura automática. Una visión (1925) es un elaborado trabajo en prosa en el que el autor irlandés intenta explicar la mitología, el simbolismo y la filosofía que había utilizado a lo largo de sus obras. En él se refiere a la lucha entre los eternos opuestos: objetividad y subjetividad, arte y vida, cuerpo y alma, situada en la base de su pensamiento. Otras obras poéticas en esta línea son Los cisnes salvajes de Coole (1917), La torre (1928) y La escalera de caracol (1933).
Escribió, además, varias obras teatrales con el héroe celta Cuchulain como protagonista, que publicó reunidas en Cuatro obras para baile (1921). En ellas resulta evidente la influencia del tradicional teatro nō japonés (véase Teatro japonés), que había comenzado a traducirse en Occidente en 1913 por el poeta estadounidense Ezra Pound, que trabajaba como secretario suyo en Sussex. Estas obras resultaban más apropiadas para representarse en reuniones pequeñas aristocráticas que en grandes teatros con un público de clase media. Del teatro nō extrajo algunos elementos característicos, como el uso de máscaras, los rituales, los coros y la danza, inyectando de nuevo poesía a los escenarios, una poesía que había permanecido alejada de sus obras anteriores, y fusionando un realismo estricto con visiones místicas, para crear dramas poéticos llenos de misterios e imágenes oníricas.
Sin dejar de revisar continuamente su producción, reveló algunos episodios de su vida en Autobiografías (1927) y Dramatis personae (1936). Sus dos últimas colecciones son Luna llena en marzo (1935) y Últimos poemas y Dos obras de teatro (1939). Recibió el Premio Nobel en 1923. Murió en Roquebrune (Francia), el 18 de enero de 1939, y fue enterrado en Irlanda en el condado de Sligo.

Walter John De la Mare

Walter John De la Mare (1873-1956), poeta, antologista y novelista inglés. Nació en Charlton (Kent), y estudió en el colegio St Paul de Londres. En 1908 consiguió una beca real que le permitió dedicarse por completo a escribir. Las obras de De la Mare utilizan una cualidad fantástica y misteriosa para introducirse en un mundo de una realidad más profunda, y sus imágenes proporcionan encanto y franqueza. Destacan sus libros de poesía Canciones de infancia (1902), Los oyentes y otros poemas (1912) y ¡Oh, encantadora Inglaterra! (1953). Escribió además el largo y visionario poema El viajero (1946) y las novelas Henry Brocken (1904), El regreso (1910), Memorias de un enano (1921) y La orgía: un idilio (1949). De la Mare también recopiló la antología de poesía inglesa, principalmente para niños, Ven aquí (1923). Poeta famoso tanto para adultos como para niños, su obra, peculiar y técnicamente muy elaborada, posee un estilo inconfundible.

William Faulkner

William Faulkner (1897-1962), uno de los novelistas estadounidenses más importantes de este siglo, famoso por sus cerca de veinte novelas en las que retrata el conflicto trágico entre el viejo y el nuevo sur de su país.
El mayor de cuatro hermanos de una familia tradicional sureña, nació en New Albany (Mississippi) el 25 de septiembre de 1897 y creció en las cercanías de Oxford. En 1915 abandonó el colegio, que detestaba, para trabajar en el banco de su abuelo. En la I Guerra Mundial ingresó en las fuerzas aéreas de Canadá sin llegar nunca a entrar en acción. A su regreso ingresó como veterano en la Universidad de Mississippi, que pronto abandonó para dedicarse a escribir viviendo de trabajos ocasionales.
En 1924 publicó por su cuenta El fauno de mármol, un libro de poemas poco originales. Al año siguiente viajó a Nueva Orleans donde trabajó como periodista y conoció al escritor de cuentos estadounidense Sherwood Anderson, que le ayudó a encontrar un editor para su primera novela, La paga de los soldados (1926), y le convenció para que escribiera acerca de la gente y los lugares que conocía mejor. Esta novela narra la historia de un soldado joven que vuelve a casa después de la I Guerra Mundial, inválido física y mentalmente, y cómo su enfermedad y muerte posterior afectan a su familia y amigos. Después de un breve viaje por Europa volvió a casa y comenzó a escribir su serie de novelas barrocas e inquietantes, ambientadas en el condado ficticio de Yoknapatawpha (inspirado en el condado de Lafayette, Mississippi), habitándolo con sus propios antepasados, indios, negros, oscuros ermitaños provincianos y groseros blancos pobres. En la primera de estas novelas, Sartoris (1929), caracterizó al coronel Sartoris como su propio bisabuelo, William Cuthbert Falkner, soldado, político, constructor ferroviario y escritor (Faulkner repuso la u que habían quitado de su apellido).
El año 1929 fue crucial para Faulkner. A Sartoris siguió El ruido y la furia, novela que confirmó su madurez como escritor. Se casó con el amor de su infancia, Estelle Oldham, decidiendo establecer su casa y fijar su residencia literaria en el pequeño pueblo de Oxford. Aunque sus libros recibieron buenas críticas, sólo se vendió bien Santuario (1931). A pesar del sensacionalismo y brutalidad de la novela —trata de una horrible violación— su trasunto es la corrupción y la fuerza demoledora de la desilusión. Gracias al éxito del libro encontró trabajo, bastante más lucrativo, como guionista de Hollywood, lo que por un tiempo le liberó de escribir las novelas que su poderosa imaginación le dictaba.
Faulkner exige mucho a sus lectores. Para crear una atmósfera determinada, sus frases complejas y enrevesadas se alargan durante más de una página y, jugando con el tiempo de la narración, ensambla relatos, experimenta con múltiples narradores e interrumpe el discurso narrativo con divagantes monólogos interiores. En 1946, el crítico Malcolm Cowley, preocupado porque Faulkner era poco conocido y apreciado, publicó The portable Faulkner, libro que reúne extractos de sus novelas en una secuencia cronológica, dando a la saga de Yoknapatawpha una nueva claridad y poniendo así el genio del escritor al alcance de una nueva generación de lectores.
Esta novela casi experimental creó escuela y las letras hispanas siguieron trabajando el género, como puede descubrirse en la obra del argentinochileno Manuel Rojas y de los mexicanos Juan Rulfo o Carlos Fuentes. El hecho de que tras la Guerra Civil española cayera la censura sobre Faulkner, hizo que su obra —que había empezado a traducirse en 1930— tardara en publicarse de nuevo, pero aun así, muchos escritores tanto en el exilio como en España reflejan su influencia como Luis Martín Santos y, por supuesto, Juan Benet.
Las obras de Faulkner, que habían permanecido durante un largo tiempo lejos de las imprentas, comenzaron a reeditarse y empezó a considerársele no ya como una curiosidad regional sino como un gigante literario cuya mejor escritura iba mucho más allá de las tribulaciones y conflictos de su tierra natal. Sus logros fueron reconocidos internacionalmente en 1949 al concedérsele el Premio Nobel de Literatura. Continuó escribiendo, tanto novelas como cuentos, hasta su muerte en Oxford, el 6 de julio de 1962. Entre sus obras principales se encuentran Mientras agonizo (1930), Luz de agosto (1932), ¡Absalom, Absalom! (1936), Los invictos (1938), El villorrio (1940), Desciende Moisés (1942), Intruso en el polvo (1948), Una fábula (1954, Premio Pulitzer de 1955), La ciudad (1957), La mansión (1959) y Los rateros (1962), también ganadora de un Premio Pulitzer.

Vittoria Colonna

Vittoria Colonna (1490-1547), poeta italiana amiga de Miguel Ángel Buonarroti. Nació en el seno de una noble familia romana, en Marino, cerca de Roma, y a la edad de 17 años se casó con Ferdinando Francesco de Ávalos, marqués de Pescara. Cuando éste murió como consecuencia de las heridas recibidas durante una batalla, en 1525, Vittoria vivió en sus propiedades, próximas a Roma, y en varios conventos. Aunque su poesía, compuesta por poemas religiosos y sonetos de amor que idealizan la memoria de su marido, fue muy estimada en su día, hoy se la conoce más por su amistad con importantes escritores, artistas e intelectuales. La más sobresaliente es la que mantuvo con el pintor y poeta Miguel Ángel, a quien conoció en Roma en 1538. Ambos intercambiaron sonetos y cartas, y él estuvo junto al lecho de muerte de la poeta. Sus trabajos, basados en modelos petrarquistas, se encuentran publicados bajo el título de Rimas (1558). Su Epistolario (editado entre 1899 y 1901) es muy interesante porque habla de su círculo de amistades ligadas al mundo político e intelectual de la época.

Francisco de Quevedo y Villegas

Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645), escritor español, cultivó tanto la prosa como la poesía y es una de las figuras más complejas e importantes del barroco español.
Nació en Madrid en el seno de una familia de la aristocracia cortesana. Era el tercero de los cinco hijos de Pedro Gómez de Quevedo, que ocupó cargos palaciegos, y de María de Santibáñez. Estudió en el colegio de la Compañía de Jesús en Madrid y en la Universidad de Alcalá (Madrid); después cursó estudios de teología en la Universidad de Valladolid (1601-1606), pues allí se había desplazado la Corte. En esta época ya destacaba por su gran cultura y por la acidez de sus críticas contra Luis de Góngora. En 1606 marchó a Madrid en busca de éxito y bienes materiales a través del duque de Osuna, quien se convirtió en su protector; también entabló un pleito por la posesión del señorío de La Torre de Juan Abad, pueblo de la provincia de Ciudad Real, en el que hasta 1631 gastó una gran fortuna y muchas energías.
En 1613 viajó a Italia llamado por el duque de Osuna, entonces virrey de Nápoles, el cual le encomendó importantes y arriesgadas misiones diplomáticas con el fin de defender el virreinato que empezaba a tambalearse; entre éstas intrigó contra Venecia y tomó parte en una conjuración. El duque de Osuna cayó en desgracia en 1620 y Quevedo sufrió destierro en La Torre (1620), después presidio en Uclés (1621) y, por último, destierro de nuevo en La Torre. Esta etapa azarosa y desgraciada marcó todavía más su carácter agriado y lo llevó a una crisis religiosa y espiritual, pero desarrolló una gran actividad literaria. Con el advenimiento de Felipe IV algo cambió su suerte, al levantar el rey su destierro, pero el pesimismo ya se había hecho dueño de él.
Su matrimonio con la viuda Esperanza de Mendoza (1634) tampoco le proporcionó ninguna felicidad y la abandonó al poco tiempo; ella moriría en 1641. De nuevo se sintió tentado por la política, pues vio la decadencia que se estaba cerniendo sobre España y desconfió del conde-duque de Olivares, valido del rey, contra quien escribió algunas diatribas amargas. Un asunto oscuro, relacionado con una supuesta conspiración con Francia, hizo que fuese detenido en 1639 y encarcelado en San Marcos de León, donde las duras condiciones mermaron su salud.
Al quedar libre, en 1643, ya era un hombre acabado y se retiró a La Torre para después instalarse en Villanueva de los Infantes, donde el 8 de septiembre de 1645 murió.
La obra de Quevedo es abundante y contradictoria. Hombre amargado, severo, culto, cortesano, escribió las páginas burlescas y satíricas más brillantes y populares de la literatura española, pero también una obra lírica de gran intensidad y unos textos morales y políticos de gran profundidad intelectual. Esta fusión o doble visión del mundo es lo que le hace el gran representante del barroco español.
Sus primeras obras fueron satíricas y burlescas. La vida del Buscón llamado don Pablos (c. 1603, impresa sin autorización del autor en 1626) es una novela picaresca dentro de las características del género; pero su originalidad reside en la visión vitriólica que ofrece sobre su sociedad, en una actitud tan crítica que no puede entenderse como realista sino como una reflexión amarga sobre el mundo y como un desafío estilístico sobre las posibilidades del género y del idioma. Los Sueños (1605-1622) son cinco piezas cortas conceptistas, producto de los desengaños que padeció durante ese periodo, en las que viene a decir que no hay nobleza ni verdad en el mundo sino que todo es horror y fealdad. Estas obras circularon manuscritas hasta que un editor las reunió en 1626, aunque Quevedo las publicó en 1631 con el título de Juguetes de la niñez y travesuras del ingenio con un prólogo en el que arremetía contra los editores piratas y declaraba la intención de estos escritos: denunciar los "abusos, vicios y engaños de todos los oficios y estados del mundo". El desenfado de la prosa de Quevedo llega a su extremo burlón y desopilante en textos como La culta latiniparla, donde arremete contra la tendencia al eufemismo y a valerse de expresiones rebuscadas para aparentar riqueza de vocabulario ("calendas purpúreas" para referirse a la menstruación, por ejemplo), o Gracias y desgracias del ojo del culo.
Una faceta de Quevedo, muy valorada por la crítica actual, son sus obras morales y políticas de hondo contenido estoico y raíces del filósofo hispanorromano Séneca, como Política de Dios, gobierno de Cristo, tiranía de Satanás (1626) en la que traza la imagen ideal del gobernante siguiendo los Evangelios, y Marco Bruto (1646) una glosa sentenciosa de obras de Plutarco, para mostrar "los premios y los castigos que la liviandad del pueblo dio a un buen tirano —Julio César— y a un mal leal —Bruto—". En ella, aunque pretende ser un tratado general, hace un retrato de los problemas de la España de su tiempo.
Si la obra en prosa de Quevedo resulta variada y compleja, su poesía lo es aún más. Se conserva casi un millar de poemas pero, sabiendo que nunca se preocupó por editarlos y que los conservados proceden de personas próximas a él, es de suponer que escribió muchos más. Se publicaron después de su muerte en dos volúmenes Parnaso español (1648), compilado por su amigo José Antonio González de Salas, y Las tres musas (1670), llevado a cabo por su sobrino Pedro Aldrete Quevedo y Villegas, ambas ediciones en la actualidad han sido revisadas especialmente por José Manuel Blecua, pero aún las composiciones son difíciles de fechar. Forman un conjunto monumental de poesía metafísica, amorosa, satírica, religiosa y moral. Es una poesía tanto ligera y de corte popular como seria y profunda, generalmente de estilo conceptista, que exige esfuerzo y agilidad mental por parte del lector para captar todos los recursos que proporcionan las figuras retóricas. Resulta inevitable comparar su estilo conciso y severo con la luminosidad brillante de su antagonista, el culterano Luis de Góngora, el otro gran poeta barroco español.
Sus primeros poemas —al igual que su prosa— fueron letrillas burlescas y satíricas como "Poderoso caballero /es don Dinero", pero este género siguió cultivándolo con gran brillantez durante toda su vida, y es el Quevedo más conocido y popular. Criticó con mordacidad atroz los vicios, locuras y debilidades de la humanidad y zahirió de una manera cruel a sus enemigos, como en el conocido soneto, paradigma conceptista, "Érase un hombre a una nariz pegado". En su poesía amorosa, de corte petrarquista, destacable por la hondura del sentimiento, Quevedo vio una posibilidad de explorar el amor como lo que da sentido a la vida y al mundo. Ejemplo de ello es el soneto "Cerrar podrá mis ojos la postrera", en el cual se manifiesta que la muerte no destruirá el amor, que seguirá vivo en el amante, como resulta evidente en los versos del último terceto:

Su cuerpo dejara, no sin cuidado
Serán ceniza, mas tendrán sentido
Polvo serán, mas polvo enamorado
El tema de la muerte y de la brevedad de la vida son una constante en su poesía metafísica, en la que de nuevo asoma la actitud estoica para aceptar la angustia que provoca el Tiempo, que todo lo destruye, pues vida y muerte se confunden:

Ayer se fue, mañana no ha llegado
hoy se está yendo sin parar un punto.
Soy un fue y un será y un es cansado.
En Quevedo subyacen dos extremos, el moralista estoico y preocupado por la decadencia nacional y el satírico burlón vitalista que incluso recurre a la procacidad, al lenguaje jergal y grotesco. La coexistencia de estos dos extremos reafirma no sólo la riqueza literaria de Quevedo sino la de un periodo, el del barroco, que redescubre la posibilidad de los múltiples puntos de vista. Humor y escepticismo son, al fin y al cabo, dos formas complementarias del pesimismo y de la conciencia de la vanidad de las cosas del mundo, sometido a crisis periódicas y al demoledor paso del tiempo. Es ese humor, entendido como una clave del pensamiento moderno según Arnold Hauser, el que explica también la ridiculez trágica del caballero andante en Miguel de Cervantes Saavedra.

Walt Whitman

Walt Whitman (1819-1892), poeta estadounidense cuya obra afirma claramente la importancia y la unicidad de todos los seres humanos. Su valiente ruptura con la poética tradicional, tanto en el plano de los contenidos como en el del estilo, marcó un camino que siguieron posteriores generaciones de poetas de su país.
Nació el 31 de mayo de 1819 cerca de Huntington (Nueva York). Fue el segundo de nueve hermanos, hijo de un carpintero. El poeta se sintió siempre muy próximo a su madre. Cuando contaba cuatro años de edad, su familia se trasladó a Brooklyn, donde asistió a una escuela pública durante seis años, antes de trabajar como aprendiz en una imprenta. Dos años más tarde, se mudó a la ciudad de Nueva York, donde trabajó como impresor, pero regresó a Long Island en 1835 para dar clases en distintas escuelas del condado. Entre 1838 y 1839 publicó un periódico, el Long-Islander, en Huntington; aburrido por su estilo de vida, volvió a Nueva York y trabajó como periodista. Se convirtió en asistente asiduo de teatros y, lector omnívoro como fue siempre, de librerías. Durante esos años escribió poemas y cuentos muy poco originales para distintas publicaciones, así como discursos políticos, por los cuales los demócratas de Tammany Hall le permitieron dirigir varios periódicos de corta tirada y vida. Fue editor del famoso Brooklyn Eagle durante dos años, pero perdió su puesto por apoyar al partido Free-Soil. Tras un breve periodo en Nueva Orleans, regresó a Brooklyn, donde intentó publicar un periódico en la órbita del Free-Soil. Después de pasar varios años desempeñando los más diversos trabajos, incluido el de constructor inmobiliario, empezó a escribir una poesía totalmente distinta de la que se estaba escribiendo, y se dedicó por completo a tal actividad.